Crianza neurodivergente cuando no hay acuerdo con tu pareja

Criar a un hijo neurodivergente es un viaje lleno de desafíos y aprendizajes. Pero Cuando los padres tienen estilos de crianza diferentes, estos desafíos pueden aumentar, afectando no solo la relación entre los padres, sino también al bienestar del niño.

Es común que cada padre adopte un estilo diferente, influenciado por su propia crianza y experiencias personales. Como descubrió la psicóloga del desarrollo Diana Baumrind en su innovadora investigación sobre los cuatro tipos de estilos de crianza (y de esto voy a hablarte un poco más adelante) la forma en que criamos influye significativamente en el desarrollo de nuestros hijos. Pero ¿qué sucede cuando los padres no se ponen de acuerdo sobre qué enfoque adoptar?



Las diferencias en los estilos de crianza pueden generar tensiones. Por ejemplo, un padre puede ser más estructurado y el otro más flexible. Estas diferencias, si no se abordan, pueden causar confusión en el niño y conflictos entre los padres.

Los niños neurodivergentes, sobre todo autistas, pueden ser especialmente sensibles a las inconsistencias en la crianza. Necesitan estructuras claras y coherentes para sentirse seguros y comprendidos. Y, precisamente, en la p/maternidad atípica, la mayoría de los problemas en las diferencias de enfoques de los padres, probablemente se deban al miedo: El padre o madre que quiere que las cosas sean de una manera determinada suele temer que su hijo ND sea objeto de critica o rechazo con mas intensidad que los padres de hijos NT, por tantas razones que no tengo que explicarte.

Cuando decides tener un hijo con alguien, esa persona viene con su propia visión de cómo fue criada y qué es lo correcto. No vamos a estar siempre de acuerdo en todo con respecto a la crianza de nuestros hijos. Y la peor manera de manejar estas diferencias es seguir haciendo lo que cada cual hace sin hablar de ello: eso es una receta para el conflicto continuo.

Las investigaciones demuestran que tener padres con fortalezas complementarias también puede beneficiar a los niños, siempre que trabajen en equipo en lugar de socavar los enfoques del otro. Porque si no, los niños criados en hogares con importantes conflictos parentales suelen experimentar:

  • Confusión sobre las reglas y las consecuencias

  • Ansiedad por "tomar partido"

  • Habilidades para manipular las diferentes expectativas parentales

  • Dificultad para desarrollar pautas internas de comportamiento consistentes

Muchos padres se atascan en la creencia de que solo hay un enfoque correcto para la crianza. Esta mentalidad rígida puede llevar a constantes luchas de poder entre los padres.

Si crees que solo hay dos maneras de hacer algo, tu cerebro te está mintiendo. Si a menudo piensas: 'No, tiene que ser a mi manera' o 'Si no puedo hacerlo a mi manera, entonces tengo que hacerlo a su manera', no es cierto. Hay muchas opciones intermedias.

Pensar en todo o nada crea conflictos innecesarios y pierde oportunidades para soluciones creativas que podrían incorporar los mejores elementos de diferentes estilos de crianza.

Los padres a menudo tienen dificultades porque operan desde creencias inconscientes sobre qué constituye una buena crianza. Y esto casi siempre viene de nuestra propia experiencia de ser criados. O bien lo copiamos o bien hacemos justo lo contrario. 

Así que, vamos a hablar brevemente los cuatro estilos de crianza identificados por la psicóloga del desarrollo Diana Baumrind:

Crianza asertiva: Estos padres establecen límites claros para los niños, a la vez que se mantienen cálidos y receptivos. Hacen cumplir las reglas, pero explican las razones. Las investigaciones demuestran que los hijos de padres asertivos tienden a desarrollar una autoestima saludable y fuertes vínculos sociales. 


Crianza autoritaria: Los padres autoritarios tienen altas expectativas y reglas estrictas con poca flexibilidad. Los niños criados en estos hogares pueden tener dificultades para pensar de forma independiente. Estos padres tienden a centrarse demasiado en la obediencia en lugar de la comprensión.


Crianza Permisiva: Los padres permisivos son cariñosos, pero ofrecen una estructura mínima. A menudo evitan la confrontación y establecen pocos límites, lo que puede afectar la comprensión del niño sobre las consecuencias de sus acciones.


Crianza Desinteresada/Negligente: Este estilo implica poca estructura y poca calidez. Los hijos de padres negligentes tienden a tener baja autoestima y a menudo desarrollan estilos de apego que dificultan la construcción de relaciones saludables. Sin modelos a seguir adecuados, estos niños suelen tener dificultades para regular sus emociones. 


Ahora vamos a hablar de estrategias para encontrar puntos en común. Te voy a mencionar 4 estrategias concretas: 1) centrarte en valores comunes en vez de decisiones concretas, 2) mezcla diferentes enfoques cuando sea apropiado, 3) tener en cuenta las emociones y energía detrás de tus decisiones como padre/madre y 4) buscar ayuda profesional.

Vamos una por una:

1. Céntrate en valores compartidos en lugar de tácticas o decisiones específicas

La mayoría de los padres coinciden en objetivos fundamentales: criar hijos felices, sanos y capaces que se desarrollen al máximo. Cuando surgen desacuerdos, los enfoques de crianza con cuidado sugieren volver a estos valores compartidos.

No se trata de que tengas que hacer todo lo que tu hijo quiere, o que tengas que hacer todo lo que tu cónyuge quiere, o que tu cónyuge tenga que hacer todo lo que dices, o que tu hijo tenga que hacer todo lo que dices. Se trata de tener una comunicación abierta y darse momentos para halar sobre valores, diferencias de opinion y buscar soluciones conjuntas.

2. Permitir diferentes enfoques cuando sea apropiado

No todas las decisiones de crianza requieren una alineación perfecta. Dejando de lado la crianza permisiva y negligente, a menudo hay espacio para que los padres tengan sus propias relaciones únicas con los hijos.

Deja que tu pareja lo haga de otra manera. Un ejemplo práctico: Muchas mamás se preocupan por cómo visten sus hijos. Si le pedimos al padre que vista al niño, seguramente lo harán de manera diferente. Y tu hijo bajará vestido con cuadros y rayas algunas veces, o con dos calcetines diferentes, o con mangas largas en lugar de mangas cortas. Déjalo así. ¿Por qué? Porque no lo están haciendo mal, simplemente lo están haciendo de forma diferente.

Este enfoque permite que ambos padres contribuyan y, al mismo tiempo, experimenten la diferencia entre preferencia, necesidad y el poder de la flexibilidad.

3. Ten en cuenta la energía que hay detrás de tus prácticas de crianza

La energía con la que haces las cosas importa más que las cosas que haces en sí. Porque los padres pueden dormir juntos o no, usar enfoques de disciplina específicos o diferentes, pero lo que realmente impacta el desarrollo emocional de los niños es la intención y el tono emocional detrás de estas decisiones.

Otro ejemplo: Como padre, puedes estar resentido porque tu hijo se acuesta en tu cama. Y eso creará una serie de experiencias para ambos. O puedes aceptar plenamente que tu hijo se meta en tu cama, lo que creará experiencias completamente diferentes para ti y tu hijo. O puedes buscar soluciones intermedias y/o temporales. Lo que cambia no es lo que decidas sino desde donde lo decidas: desde el enojo, o desde la aceptación.

4. Busca ayuda profesional

Cuando los padres discrepan constantemente sobre los enfoques de crianza, a veces necesitan un apoyo externo. Un coach de padres ofrece una perspectiva neutral y ayuda a identificar caminos a seguir que respeten las preocupaciones de ambos padres. Puede ayudar a:

a) Identificar creencias subyacentes

Los padres a menudo reaccionan basándose en guiones inconscientes en lugar de decisiones conscientes. Un coach ayuda a descubrir estas motivaciones no siempre obvias, para poder tomar decisiones mas conscientes en lugar de reaccionar como siempre.

b) Ofrecer varias soluciones, no una única respuesta "correcta"

A diferencia de algunos libros de crianza o enfoques de crianza que prescriben un solo método, un coach de padres ayuda a los padres a explorar diversas opciones que podrían funcionar para su familia.

Esta flexibilidad permite estrategias personalizadas que incorporan elementos de diferentes estilos de crianza, quizás combinando la calidez de la crianza permisiva con la estructura necesaria de enfoques más autoritarios. Por ejemplo, si uno de los padres valora la independencia (tendencia permisiva) mientras que el otro prioriza la estructura (más autoritario), podría crear áreas claramente definidas donde su hijo tenga total libertad para elegir, manteniendo límites firmes en otras áreas.

c) Apoyar la implementación sin juzgar

Muchos padres temen ser juzgados cuando buscan consejo sobre dificultades en la crianza. Un coach crea un espacio seguro para una conversación honesta. A veces, el conflicto entre padres tiene también que ver con la distribución de la carga de las tareas del hogar. Si este es tu caso, lee este post sobre la sobrecarga mental y este sobre el rol del padre en la crianza

d) Ayudar a los padres a sentirse mejor sin importar los resultados

Quizás lo más importante es que un coach de padres puede ayudarte a sentirte mejor incluso si nadie cambia de comportamiento, lo cual parece una frase muy extraña. Esta poderosa perspectiva reconoce que, a veces, el cambio más significativo no está en comportamientos específicos, sino en cómo los padres perciben y responden emocionalmente a los desafíos de la crianza. 

La mejor manera de conectar es conversar y ponerse al día y por ello tienes todo un post sobre esto, sobre la reunión semanal que no puede faltar en casa.

e) reconocer cuándo las diferencias pueden ser beneficiosas

Los diferentes estilos de crianza pueden beneficiar a los niños al exponerlos a enfoques diversos, sobre todo en neurodivergencia lo cual puede llevarles a desarrollar resiliencia y flexibilidad al experimentar diferentes perspectivas. Y ayuda a los padres a ver el valor potencial de sus diferencias en lugar de verlos simplemente como problemas a superar.

Encontrar la armonía entre los diferentes estilos de crianza no es un logro puntual, sino una conversación continua. A medida que los niños se desarrollan y las circunstancias familiares cambian, los padres deben seguir adaptando sus enfoques.

Tanto si te inclinas por una crianza autoritaria como si te encuentras en un punto intermedio entre otros estilos, el factor más importante puede ser tu disposición a crecer y adaptarte junto con tu copadre y tu hijo.

Si tienes dificultades para gestionar las diferencias en la crianza, recuerda que puedes pedir ayuda. En mi Consultorio para padres puedo ayudarte a identificar patrones subyacentes, sugerir estrategias prácticas y brindar el apoyo emocional necesario para transformar el conflicto en colaboración. Mas info en maguimoreno.com/consultoria.

Te recuerdo que las diferencias en los estilos de crianza son normales. Lo esencial es abordarlas con comunicación, empatía y disposición al cambio, siempre poniendo en el centro el bienestar del niño.

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Magüi Moreno

Empowering parents of neurodivergent children through mindful emotional support and parent coaching. Navigate autism, ADHD, and more with confidence and connection.

http://www.maguimoreno.com
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