Organización diaria con un hijo neurodiverso

Te doy 4 claves para organizar nuestra vida diaria como familias de hijos neurodiversos, con ejemplos de mi propia vida. Para que puedas identificar reajustes que os lleven a un mayor bienestar y a un menor estrés diario.

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La clave de toda organización es la claridad. Sin claridad no podemos priorizar. Y si no priorizamos, nos vamos a agobiar. Eso está demostrado porque los compromisos, las responsabilidades y la vida contemporánea en general ya te van a poner mucho, DEMASIADO, sobre la mesa.

Tu bienestar no viene de cumplir con todo (que es lo que solemos hacer y lo que nos lleva a la ansiedad crónica y al malestar físico) sino de decidir. Y para decidir, hay que aprender a soltar.

Es decir, a priorizar: dar la mayor relevancia a lo que realmente es importante y de esa manera identificar lo que no es tan importante o lo que nos lleva más tiempo del que estamos dispuestas a emplear y  buscar maneras de que se nos escape menos el tiempo y de que realmente podamos llevar el ritmo de vida que se acerque a lo que nos gustaría aunque no dependa totalmente de nosotros.

Hace poco leí un libro bastante conocido de Tim Ferriss que se llama “La semana laboral de cuatro horas” y que es un libro que me resistí a leer durante muchísimo tiempo porque asumí que era un paradigma de productividad al máximo y me pareció que en mi caso me iba a crear más auto exigencias.

Pero lo cierto es que ha sido un libro que me ha abierto los ojos de cara a tener más claridad aún sobre lo que es prioritario, sobre lo que puedo soltar o delegar, sobre lo que puedo hacer de manera más eficiente (en menos tiempo), y lo que puedo automatizar.

Ha sido un experimento en hacer una especie de análisis de significado en mi vida para identificar aquello a lo que le estoy dando mi tiempo y mi energía y tomar conciencia de así es como quiero vivir cada día. Ya sé que hay muchos aspectos que no dependen totalmente de nosotros (como por ejemplo el hecho de tener un hijo/a neurodiverso), pero hay muchos que sí. Muchos más de los que pensamos. Así que vamos a ello.

La premisa del libro es que hay cuatro pasos para organizar mejor nuestra vida cotidiana: definir, eliminar, automatizar y liberar. Es un esquema sencillo que nos permite evaluar y hacer un poquito de limpieza en torno a las rutinas y a los tiempos que empleamos haciendo qué actividades.

El primer paso es definir y esto es fundamental porque si no sabemos lo que queremos pues, como decía antes, iremos a la deriva, en plan reactivo en vez de con más planificación y preparación lo cual es además fundamental para nuestros hijos con autismo, TDAH y otras neurodiversidades.

¿Cómo empezamos a definir? Te voy a dar dos ejercicios prácticos.

El primero es hacer una evaluación de cómo empleamos nuestro tiempo en este momento: horas de trabajo, horas de colegio, horas de terapias, horas de otras actividades extracurriculares, horas de intendencia en casa, horas que se utilizan para la vida social, horas de entretenimiento, o digamos a las libres etc.

Algo que utilizo yo es un calendario múltiple que es un calendario de pared en el que aparecen varias columnas, una para cada miembro de la familia. Puede ser semanal o mensual. O en vez de columnas, puedes usar colores diferentes para cada uno.

Esto nos permite tener una visión global de nuestra semana e identificar los posibles conflictos y los posibles momentos de mayor tensión o de mayor estrés potencial. Así es más fácil que puedas llegar a identificar si hay demasiadas terapias un cierto día, si hay actividades extras que realmente sobrecargan demasiado a los hijos o a nosotras mismas, si hay momentos perdidos de espera por ejemplo en los que podrías estar adelantando ciertas cosas.

Desde ahí puedes ya incluso hacer reajustes sencillos, aunque no todo dependa de ti (obviamente hay temas de disponibilidad de terapeutas, obligaciones horarias de trabajo, etc). Además facilita la comunicación con tu pareja o cualquier otra persona que te ayude a diario.

El segundo ejercicio para tener mayor claridad es hacerte dos preguntas: qué 20 % de actividades de compromisos de rutinas me están causando el 80 % de mis problemas y de mi frustración o estrés? y la segunda pregunta que sería la otra cara de la moneda es que 20 % de actividades de compromisos de rutinas me están causando el 80 % de mi felicidad o de mi sensación de plenitud? Esto se conoce como la ley de Pareto o el principio del 80/20 y básicamente lo que dice es que el 20 % de las causas llevan al 80 % de los resultados en la mayor parte de los casos.

Esto se puede aplicar a muchas facetas de la vida y a mí me ha abierto mucho los ojos con respecto a en qué empleo mi tiempo y mi energía y que resultados me trae. O cuáles son las actividades que le traen el mayor beneficio a mi hijo. No te cuelgues demasiado con los números; no es tan importante el cuantificar un 20 un 80 además es muchas veces imposible.

Con esto simplemente te quiero indicar que cuando te pones a ver la lista de cosas y de actividades por ejemplo que realiza tu hijo te vas a dar cuenta que hay solo una o dos que realmente le están ayudando de verdad: que le gustan, que aprende, y que le ayudan por ejemplo a regularse sensorialmente y emocionalmente.

El punto aquí es que a menudo rellenamos nuestras vidas y las de nuestros hijos con mucha paja, como decimos en España. Con muchas actividades porque sí, sin pararnos a reflexionar sobre si son las adecuadas.

Un momento a la semana en el que se ve muy claramente la necesidad de definir es precisamente el fin de semana porque en principio son dos días libres a nivel escolar y laboral para nosotros y para nuestros hijos y muchas veces llegamos a los fines de semana sin un plan.

En nuestro caso es algo que nos ha costado llegar a darnos cuenta de que nuestro hijo funcionaba peor sin un plan y sin una estructura de tiempo de actividades. Entonces ahora hemos decidido que el sábado es el día en el que el realiza muchas actividades deportivas porque le gustan porque le vienen bien a nivel sensorial a nivel de integración psicomotora a muchos niveles. Y los domingos son días en los que hay más flexibilidad y podemos hacer actividades como familia por ejemplo ir a caminar o ir en bicicleta. Hemos de hecho definido que con nuestro tiempo libre como familia queremos estar en naturaleza queremos estar al aire libre lo máximo posible esto no tiene porqué ser así para ti y ni para tu familia. 

El segundo paso es el más difícil desde el punto de vista emocional, que es eliminar. ¿Por qué es difícil?

Es importante entender, no solo con la cabeza sino también a nivel emocional, que dejar de hacer cosas, soltar, priorizar, supone HACER MENOS y esto nos puede costar. Podemos sentirnos con miedo a perdernos cosas, a que nuestros hijos se atrasen, a que ganemos menos, a que perdamos oportunidades. En definitiva, el famoso FOMO, Fear of Missing Out.

Pero hay que tener en cuenta que hay un punto óptimo, después del cual lo único que conseguimos es más cansancio y extenuación. Por eso es importante definir no solo lo que queremos hacer sino hasta qué punto lo queremos hacer y aquí es donde entra la eliminación. 

3 ejercicios o maneras de eliminar: delegar, reducir, y simplificar

Delegar

A las madres, en particular, nos cuesta mucho soltar el control de ciertos aspectos en el hogar. Por ejemplo, las tareas de la casa. A menudo, a pesar de lo mucho que nos quejamos al respecto, nos resistimos a que otros recojan la cocina “porque no lo hacen bien” (y por bien, nos referimos a nuestros propios estándares de excelencia).

Simplemente te invito a que consideres si puedes dejar que otros te ayuden. Si esos otros son tus hijos y sobre todo tus hijos neurodiversos, recuerda que les estás dando la oportunidad de que  aprendan habilidades cotidianas básicas y mejoren sus capacidades o habilidades de función ejecutiva.

En mi casa yo ya no pongo ni recojo la mesa, entre otras tareas. Lo hace mi hijo y/o mi marido. Ya es parte del ritual de comer. Si la mesa no está puesta, no se come. Ha llevado su tiempo, y todo un proceso de enseñar a mi hijo, no te lo voy a negar, pero merece totalmente la pena aunque al principio suponga un uso extra de nuestro tiempo.

Reducir.

Esto ya lo he comentado antes cuando hablaba de los planes sociales en fin de semana. Un ejemplo muy típico son las comidas o las comilonas familiares los domingos. No tienes porque eliminarlas del todo pero tal vez reducirlas sobre todo si son momentos de mucha tensión con tu hijo diferente.

Lo que más nos cuesta no es tanto el hecho de dejar de hacer algo, sino los sentimientos a menudo incómodos que eso nos produce. Sentimientos de que he/hemos fallado, que estamos decepcionando a alguien, que la eliminación va a ser para siempre (sobre todo cuando tiene que ver con nuestros hijos neurodiversos). Un ejemplo de esto es dejar de asistir a fiestas de cumpleaños si nuestros hijos no las llevan bien.

A menudo no queremos dejar de llevarles porque es casi como un mini duelo, pensamos que si no van ahora, nunca más recibirán invitaciones. Y esto no es así. Hijo deja puede estar pasando por una época de más estrés demás a mayor ansiedad o simplemente de mayor de regulación sensorial y en este momento y por la edad de sus coetáneos o por el tipo de fiestas que se dan pues no le viene bien asistir. Esto no quiere decir que tu hijo ya no vaya a estar nunca más aún en la fiesta de cumpleaños.

Tampoco quiere decir que la respuesta sea siempre eliminar al 100%. Siempre hay una tercera vía… que pueden ser muchas: 1) ir por un tiempo limitado (y explicar a tus hijos hasta cuando), 2) ir con uno solo y no los dos (cuando sea posible, claro), 3) averiguar antes de tiempo que tipo de entretenimiento va a haber en la fiesta y, si sabes que es demasiado estimulante para Mateo, pues de nuevo limitar el tiempo, 4) prepararle mucho antes con historias sociales (lo que se hace y cuando por ejemplo con la tarta..). Al final se trata de estar muy pendiente de sus señales y decidir cuándo es hora de irse por el beneficio suyo y tuyo (aunque haya que perderse la tarta o lo que sea).

Otro ejemplo muy típico es reducir el consumo de tecnología. Por ejemplo, yo no tengo las notificaciones habilitadas de mis e-mails para que me avisen en cuanto entra un e-mail. Sino que revisar mis e-mails los correos solo dos veces al día, solo dos veces al día, y de esa manera me ahorro muchísimo tiempo y me distraigo muchísimo menos.

Simplificar

Lo que más le cuesta a nuestros cerebros es sopesar muchas opciones para decidir. Por eso simplificar es reducir al máximo el tiempo que pasamos y que gastamos teniendo que considerar todas las opciones disponibles, que en nuestra vida contemporánea son muchas, para tomar una decisión.

Te pongo un ejemplo muy sencillo: la ropa que nos ponemos. Hábitos como mirar la previsión del tiempo la noche anterior y dejar fuera la ropa que nos vamos a poner son básicos, pero nos ahorran mucho tiempo y energía emocional en el momento a menudo estresante de la mañana cuando tenemos que preparar a los niños para salir a una hora. Los apoyos visuales les ayudan a ellos. Por ejemplo, hacer listas muy simplificadas de: hora a la que tienen que haber acabado desayunar, hora a la que tienen que estar vestidos, y una lista muy sencilla de cosas que pueden meter en su mochila.

Si quieres saber más de apoyos visuales, te invito a que escuches el episodio 56 de mi podcast en el que entrevisté a María Elena Del Río. De hecho los apoyos visuales son en sí mismos una simplificación de la realidad, y nos sirven tanto a nosotros como a nuestros hijos.

La tercera clave es automatizar (batching, hábitos, tecnologías), es decir hacer aquellas tareas que no podemos o queremos eliminar de manera más eficaz y eficiente. ¿Cómo? Con 3 aspectos: lo que se llama batching (que es básicamente agrupar tareas similares o repetitivas), cambio de hábitos, y aprovechar las tecnologías. 

Con el batching, te voy a poner otro ejemplo muy típico: la planificación de comidas. Yo desde hace un año solo planifico una vez al mes las comidas principales de cada día. Utilizo un calendario mensual que me lleva media hora montar. Y luego tan solo tengo que tener en cuenta las comidas de cada semana para hacer una compra semanal. De esta manera me ahorro MUCHO tiempo. He simplificado al máximo: los desayunos son más o menos iguales, las comidas también (sobras del día anterior, ensaladas o bocadillos) y las cenas (que son nuestra comida principal del día) son las únicas a las que les pongo más atención.

De esta manera he incrementado la variación, la variedad de los ingredientes y de las comidas, teniendo en cuenta la época del año y lo que está en temporada. Además, al cabo de los 12 meses, ya tengo menús de comidas listos para volver a usar al año siguiente.

Para darme más flexibilidad, dejo 1 día a la semana vacío por si salimos a cenar, o comer sobras congeladas. De nuevo estos menús los puedes guardar, o los puedes adaptar, y de esta manera no vas a tener que volver a pasar horas pensando qué haces de comer o de cenar.

Sobre el cambio de hábitos para automatizar por ejemplo, la organización de tu ejercicio físico o lo que sea en tu vida diaria.

Y con el tema de las tecnologías, te invito a que seas tú la jefa y no al revés. Aprovecha los avances tecnológicos que te permiten por ejemplo programar la lavadora, o el lavaplatos con antelación, o dejar comida cocinando en el InstaPot o en hornos programables.

Todo aquello que te libere de tener que estar TÚ misma pendiente y por lo tanto usando un tiempo que podrías dedicar a otras cosas. Pedir la compra online, sacar libros digitalmente de la biblioteca sin tener que desplazarte hasta allí (aunque a mí por ejemplo, me gusta más ir)… hay un número cada vez mayor de facilidades tecnológicas que nos permiten ahorrar tiempo, energía y a veces hasta dinero.

Yo últimamente hasta me he comprado un aspirador-robot programable que aspira la planta baja de mi casa cada mañana a la misma hora, esté yo en casa o no. Pero por favor no dejes que la tecnología te esclavice. Esto se aplica particularmente a nuestro uso del teléfono móvil. Ten en cuenta que están diseñados para ser adictivos, y aunque tú vayas a tu móvil para mirar algo muy concreto, lo más probable es que te distraigas y empieces a mirar otras cosas. De nuevo puedes utilizar la propia tecnología para poner límites al uso que haces de esa tecnología. Muchísimos móviles tienen ya incorporados apps o software que te permite monitorear tu uso o poner límites a ciertas aplicaciones como por ejemplo las redes sociales.

Vale y la cuarta clave es la liberación. Y aquí realmente está el núcleo de la cuestión: para qué queremos organizarnos mejor que vamos a hacer con el tiempo que recuperamos como lo vamos a emplear tanto para encontrar momentos de autocuidado para nosotros mismos como para conectar jugar pasar más tiempo de presencia con nuestros hijos neurodiversos.

Porque el riesgo y lo que suele pasar es que rellenamos el tiempo que hemos ganado por todos estos avances tecnológicos y por las facilidades que tenemos ahora comparado con hace 100 años a nivel de la logística diaria de nuestras vidas, rellenamos estos momentos con o bien más trabajo o bien con distracciones con adicciones (como las redes sociales).

Por eso esto es como la pescadilla que se muerde la cola, acabamos liberándonos para volver a definir. Definir que queremos hacer con esos minutos o esa hora y media extra que hemos podido conseguir por esta restructuración de nuestros días. Volvemos al principio.

Qué queremos hacer con este tiempo.

Porque la paradoja es que muchas veces llenamos nuestros calendarios, nuestras agendas nuestros días y los de nuestros hijos precisamente para evitar el tiempo libre, precisamente para evitar los ratos para leídos, precisamente para evitar tener que afrontar esos momentos de conexión que a veces se dificultan tanto con nuestros hijos neuro diversos.

Y hoy me quiero despedir invitándote a que consideres de nuevo para que para que me quiero organizar mejor para que quiero tener más tiempo en mi día a día para que quiero tener más energía día tras día solo tú puedes contestar a estas preguntas de una manera que tenga sentido auténtico para ti así que te recuerdo los pasos o las claves para llegar a una mejor organización consentido con conciencia en tu vida como madre o padre de un hijo neuro diverso y son: 

define: planifica tu semana y la de todos en casa y usa el principio del 20/80 para priorizar,

elimina: delega, reduce y simplifica

automatiza: batching, hábitos y tecnologías,

y, finalmente, libérate. Esa definición de cómo queremos vivir nuestra vida y nuestra maternidad.


Magüi Moreno

Life coach and mindfulness expert. My mission is to support special needs parents to achieve fulfilled and happy lives for themselves and to increase their family’s wellbeing.

http://www.maguimoreno.com
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