Haz balance del curso escolar

¿Alguna vez te has parado a hacer un balance global sobre el curso escolar que acaba de terminar tu hijo neurodivergente? En este post te doy un proceso muy sencillo pero eficaz para identificar los avances, las dificultades y las áreas a priorizar para el curso siguiente. Porque sin claridad sobre lo qué está pasando, es mucho más difícil avanzar.

¿Prefieres escucharlo? ¡Escúchalo aquí!

Lo confieso, yo personalmente soy mucho de hacer balances, de reflexionar, ver si hay patrones o cosas que se repiten y hacer listas o anotaciones mentales y/o escritas sobre lo que ha ido bien, lo que no tanto y lo que se puede mejorar o soltar.

Así que vamos al lio. En este post te quiero animar a que, independientemente del momento en el calendario escolar en el que me estés escuchando, hagas un hueco para reflexionar sobre el curso escolar de tu hijo o hija con TEA, TDAH y cualquier otra diferencia.

Lo más práctico es hacerlo al final del curso escolar, por ejemplo, aprovechando los meses de verano; para poder comenzar un nuevo curso escolar con las ideas más claras e incluso con algún plan concreto para aquellas áreas que hayas identificado necesitan algo más de atención.

Y cuando hablo de hacer balance del curso escolar, me refiero a mucho más que simplemente mirar las notas o las calificaciones de nuestros hijos. Éstas son importantes por supuesto en el sentido de que es como el sistema educativo está midiendo el desempeño de nuestros hijos. Pero ya sabemos que las notas académicas son un marcador también muy limitado de los aprendizajes y de las fortalezas de nuestros hijos, sobre todo cuando procesan la información de manera diferente.

Así que, no te sorprenderá que te diga que os toméis el cuaderno de notas finales de vuestro hijo o hija con algo de perspectiva, porque la gran mayoría de los casos lo que se está midiendo es el desempeño de tu hijo hija por comparación con una norma preestablecida por unos autoridades en base a unos hitos del desarrollo neurotípico que no siempre se aplican a nuestros hijos.

Yo te hablo de un balance mucho más global por el que examines otras áreas del desarrollo de tu hijo sobre todo el área de la educación social, de la educación emocional, esos habilidades con sus pares, y cualquier cambio en su comunicación, ya sea porque se comunica más por escrito, o se comunica más de manera hablada, o está expandiendo su vocabulario y su uso pragmático del lenguaje etc. También es importante evaluar cómo ha sido la relación con los profesores, con las maestras, con los gerentes de la escuela y con cualquier personal que haya estado en contacto con tu hijo como por ejemplo una pedagoga, una psicopedagoga una orientadora o cualquier terapeuta que trabaje dentro del ámbito escolar.

Lo que te propongo aquí es algo muy personal, es algo que yo hago y que a mí me ayuda aclararme y a tener una visión de altura, a grandes rasgos de lo principal que ha acontecido de cara al desarrollo de mi hijo en este año o en ese curso escolar. Lo primero sería buscar como un título como si esto fuese una película cuál es el título ¿cuáles son las palabras que mejor definen la evolución de tu hijo o hija en estos últimos 9-10 meses?

Por ejemplo en el caso de mi hijo Adrián yo podría decir este ha sido el curso escolar en el que mi hijo se ha vuelto asertivo de una forma muy madura. El título sería algo así como “asertividad en la preadolescencia”. O “yo se lo que quiero y necesito y lo voy a comunicar”.

Si tu hijo es más pequeño otros títulos podría ser el año que empezó primaria, o el año que empezó a realizar tareas escritas, y o el curso en el que empezó a interactuar con otros niños por ejemplo. Lo que sí te sugiero es que sean títulos positivos es decir si tu hijo Ehab ha sufrido algo del bullying no pongas que este curso escolar en el que sufre bullying aunque esa obviamente haya sido la realidad. No se trata de negarla.

Se trata de enfocarnos en las áreas de crecimiento y por supuesto también en las áreas en las que necesitamos apoyo o necesitamos que algo cambie pero para buscar ese título para buscar esa visión global si te sugiero que sea siempre en positivo.

Y en base a ese título podemos ir desgranando e identificando tres categorías que te voy a plantear aquí. La primera es qué ha ido bien. De nuevo empezando por lo positivo para contrarrestar el sesgo negativo que ya tenemos todos por tener mentes humanas es decir ya me habrás oído hablar de este sesgo negativo por el que aquello que falta, falla o es diferente suele tener más relevancia en nuestra mente que lo demás. 

Y al intentar identificar lo positivo que ha ido bien es muy importante también que no compares a tu hijo con otros sino que compares a tu hijo con él mismo, con ella misma hace unos meses, es decir al comienzo del curso escolar y ver a dónde ha llegado a este punto.

Y aunque te parezca que no ha habido tantos avances recuerda que nuestros hijos realizan un enorme esfuerzo por seguir unos ritmos que no son necesariamente los suyos; sino que les marcamos desde fuera nosotros como padres y madres pero también la sociedad la escuela los terapeutas y el programa del ministerio educación. Recuerda que las expectativas son tuyas y de los docentes que les enseñan, pero la realidad es suya y las necesidades y dificultades con las que tienen que operar también son suyas.

Ejemplo de mi propio hijo: ahora sigue teniendo alguna que otra crisis emocional en el colegio, como el año pasado, pero lo que ha mejorado es su capacidad de reflexionar después y de auto-analizarse y darse cuenta de por qué se enfadó y qué le ayudó a recuperarse. Esto le ha llevado progresivamente a ser mas capaz de pedir ayuda durante sus enfados y de ser su propio abogado en el sentido de solicitar aquello que necesita (por ejemplo, salir del aula, ir al baño, o beber agua antes de perder los estribos del todo). Otro ejemplo puede ser el niño pequeño que ahora es capaz de sentarse con otros niños durante más tiempo que antes, o realizar actividades conjuntas sin huir

La segunda tanda de reflexión tiene que ver con lo que no hay ido tan bien. Todo esto que te acabo de decir se aplica por igual a la parte en la que identificamos aquellas áreas donde no habido tanto progreso o donde incluso ha podido haber un una aparente regresión o ha habido dificultades o desafíos adicionales no esperados. Creo que es importante diferenciar todo esto porque lo que solemos hacer es poner en el mismo saco todo lo que ha ido mal, con todo lo que no ha salido como nos esperábamos pero es que estos son cosas diferentes:

1. Si no ha habido progreso, en base a qué lo evaluamos así. Tal vez las metas u objetivos no eran adecuados al niño o niña, y teniendo en cuenta su punto de partida o algunas especificidades de su perfil. Aquí la clave es identificar con qué rasero estamos midiendo alguno de estos fallos o áreas de poco avance y reajustar.

2. Si ha habido dificultades esperadas.

3. Si ha habido dificultades no esperadas.

Y finalmente llega la tercera parte, después de lo que ha ido bien, lo que no ha ido tan bien, y es la parte en la que pensamos en que podemos cambiar NOSOTROS, como padres.

Y sí, ya sé que a menudo y con lo que respecta a las escuelas y a la educación de nuestros hijos, creemos que es más bien poco. Sí y no. Obvio que hay ciertos límites que parecen inamovibles, y que en la gran mayoría de casos ni tienen que ver con nosotros, ni con nuestros hijos, ni siquiera con el personal del colegio o escuela. Pero te recuerdo que tenemos más poder como padres de lo que pensamos, a menudo amparados por leyes y reglamentos, pero también por nuestra capacidad de intentar hacer equipo con el personal docente.

Entonces volviendo a este tercer cubo de reflexiones, ¿qué podrías tú cambiar, soltar, o re-enfocar para el próximo curso escolar de tu hijo/a?

Si te han dado recomendaciones o pistas, fuera o dentro de la escuela, escríbelas e investiga algo para decidir si las priorizar o no en los próximos meses. Si no, pide recomendaciones.

Aunque algunos docentes pueden parecer poco amigables o empáticos con el comportamiento o las dificultades de nuestros hijos, siempre está la posibilidad de preguntarles: ¿tú en mi situación, qué harías? De hecho es una pregunta súper potente para desarmar a cualquiera. O ¿qué me recomiendas que hagamos a nivel escolar? Devuélveles la pelota, a ver qué hacen con ella.

Si hay un área de mucha preocupación como el bullying o acoso escolar, o comportamientos/situaciones que ponen en peligro la capacidad de tu hijo o hija de aprender (temas médicos, alergias, seguridad vial, etc). Prioriza eso. Ya sabes que no podemos empezar la casa por el tejado y es inútil pretender que nuestros hijos aprendan nada si no se sienten seguros o si su sistema nervioso no está regulado. Nadie puede aprender en esas circunstancias porque si estamos en modo supervivencia NO PODEMOS APRENDER.

Más allá de esto también te recomiendo que te inventes un título o una serie de palabras para priorizar tu enfoque en casa para el próximo curso escolar de cara a apoyar a tu hijo.

Por ejemplo el curso próximo va a ser el curso de habilidades sociales.

O el curso de comunicación escrita.

O el curso de las rutinas de estudio en casa.

Y ojo porque ponerle un título al curso escolar no es una meta ni un objetivo necesariamente ni necesariamente va a ser una realidad, es simplemente una manera de enfocarnos y priorizar a que hemos identificado a través de hacer este balance del curso escolar previo o presente como algo importante para el curso siguiente.

Por supuesto que podemos cambiar porque la vida da muchas vueltas y nuestros hijos necesitan tal vez algo diferente a mitad de curso. O pasa algo que hace que nos tengamos que reenfocar en otra área. 

Sea como fuera, de lo que se trata es de ayudarnos a tener claridad para identificar una o dos prioridades de cara al apoyo escolar de nuestros hijos en el siguiente curso escolar.

Magüi Moreno

Life coach and mindfulness expert. My mission is to support special needs parents to achieve fulfilled and happy lives for themselves and to increase their family’s wellbeing.

http://www.maguimoreno.com
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